Se suele indicar como iniciadores del Renacimiento musical al grupo de compositores que se encuentran en la corte de Borgoña bajo los duques Felipe el Bueno (1419-1467) y Carlos el Temerario (1467-1477), donde se encuentran reunidos, entre otros, Guillaume Dufay, Pierre Fontaine, Robert Morton y Gilles Binchois. Por los mismos años, en Inglaterra, John Dunstablecompuso según un estilo que, algo anticuado para los compositores del continente, va a inspirarles un aire nuevo, más sencillo, que busca distanciarse del preciosismo formal del Ars Subtilior. Serán Binchois y Dufay los primeros en fijarse en el modelo inglés para imitarlo. Ello se va a traducir en una melodía más fluida y un ritmo más sencillo, con frecuencia de danza. Se conoce a estos compositores como Escuela Franco-Flamenca y dentro de ella destacarán Antonie Busnois, Johannes Ockeghem en la segunda, en la tercera Jean Mouton, Heinrich Isaak, Jacob Obrecht, Josquin Desprez, Nicolás Gombert y Orlando de Lassus.
El viaje de muchos de estos compositores a Italia (así Josquin, Verdelot, Lassus o Willaert) hace que su estilo influya en el de los compositores italianos, detenidos en la tradición del madrigal primitivo. Esta influencia se hará palpable en la Escuela Romana que florece a mediados del XVI y en la que destacan Constanzio Festa, Giovanni Maria Nannino y, sobre todo, Giovanni Pierluigi da Palestrina. Estos compositores se caracterizarán por mezclar elementos de la tradición franco-flamenco con una sonoridad diferente, así como por lo abundante de su producción religiosa, adecuada ya a las normas musicales del Concilio de Trento. Algo posterior en el tiempo y ya de transición hacia el Barroco es la Escuela Veneciana, que se caracteriza por el empleo de combinaciones de varios coros y por una música de sonoridades ricas y coloristas en la que las voces humanas se mezclan con instrumentos. Destacan en ella Cipriano da Rore, Baldasare Donato y los dos Gabrieli (Andreay Giovanni).
No hay comentarios:
Publicar un comentario